Sobre mí

Ya sé que esto probablemente lo debería haber publicado al principio del blog, pero se me ocurrió recién ahora. Supongo que algunas de las personas que leen esto no deben conocerme y, si yo estuviera en su lugar, me gustaría saber un poco más sobre aquél que está escribiendo. Me parece que son pequeños detalles que pueden darle un gran significado a todo lo que estamos leyendo, y hacen que apreciemos esas palabras con otros ojos.

Si sos de esas personas que querían saber un poquito más sobre mí, voy a defraudarte, porque hoy voy a escribir mucho sobre mí. Empecemos por lo básico… y después vamos a ver a dónde nos lleva.

• Mi nombre es Aldana Emilce Verón. Nací el miércoles 15 de marzo de 1989. Soy de Piscis. Hija única.
• Mi primer nombre iba a ser Ayelén, pero, en la época en la que nací, a muchas nenas les ponían ese nombre. En el trabajo, a mi mamá le sugirieron cambiarlo por Aldana. Tanto ella como mi papá se enamoraron de ese nombre ni bien lo escucharon.
• Emilce es un nombre que siempre le gustó a mi papá.
• De haber nacido varón, me hubieran llamado Santiago.
• Me encanta llamarme Aldana Emilce Verón.
• Siempre me fascinó el arte.
• Mis hobbies siempre fueron los mismos desde que tengo memoria: leer, escribir, dibujar, cantar y escuchar música.
• También siempre me interesó la danza, pero, hasta no hace mucho tiempo, me daba vergüenza tomar clases para aprender a bailar, porque me parecía que iba a hacer el ridículo o que simplemente nunca iba a poder aprender.
• Me apasiona el Tap, y puedo decir que zapateo bastante bien.
• Durante la mayor parte de mi vida fui muy tímida, tranquila y callada. Ahora sólo soy tímida, pero no se me nota tanto.
• En el jardín maternal mis compañeros me molestaban por lo que dije antes.
• Una vez que fue a visitarme, mi mamá vio cómo otros nenes me pellizcaban y golpeaban mientras yo estaba sentada en una esquina. La maestra le dijo que eso pasaba todos los días y que yo no me defendía. Esa misma tarde, cuando llegué a casa, mi papá me enseñó a pelear. “Luchamos” a diario durante años, hasta que, siendo más grande, sin querer le partí un labio.
• También en el jardín, me golpearon con un bloque de madera en la cabeza. Tuvieron que hacerme una sutura de tres puntos. Todavía me acuerdo de ese día. Tenía menos de cuatro años de edad.
• Nunca tuve dificultad para evadirme. Generalmente lo hago leyendo, escribiendo o viendo una película.
• Para mí, el mundo deja de existir mientras leo.
• Durante mi infancia, mi mamá me leía libros antes de acostarme. Según me contaron, cuando era bebé, ella además me cantaba para hacerme dormir. Cuando se callaba porque “me había dormido”, yo me despertaba para pedirle que siguiera.
• Un buen libro es uno de los mejores regalos que me pueden hacer. Creo que es una buena forma de saber cuánto me conocen los demás o qué piensan de mí, basándome en la elección que hagan.
• Cuando tenía diez años, me regalaron Harry Potter y la Piedra Filosofal. No me hizo falta terminar de leer el primer capítulo para darme cuenta de que tenía en las manos algo que me iba a cambiar la vida.
• Hasta los cinco años, estuve convencida de que quería ser veterinaria. Finalmente me di cuenta de que no iba a poder salvar la vida de todos lo animales y no me creía capaz de poder cargar con esa responsabilidad. La opción inmediata a aquella era ser escritora. El día de hoy, sigo pensando lo mismo.
• Durante los tres años de polimodal (actualmente serían los últimos tres del secundario), me planteé seriamente estudiar Psicología, Derecho y Sociología.
• Mi tía, hermana de mi mamá, es Oftalmóloga y siempre quiso que yo lo fuera. Desde chica me enseñó a usar la lámpara de hendidura y todos los aparatos de sus consultorios, con la esperanza de que algún día trabajáramos juntas.
• Le tengo un cariño especial a la medicina, y no me molestaría estudiarla; pero no es mi vocación.
• No me siento incómoda en los hospitales ni le tengo miedo a los médicos. Ni siquiera a los dentistas.
• Usé ortodoncia dos veces en la vida. Ahora tengo una dentadura bastante decente.
• Me gusta saber un poco de todo. En realidad, me gusta saber mucho de todo; pero obviamente no me alcanzaría la vida para estudiar todo lo que quisiera.
• A pesar de todo eso, no estoy en la Universidad. Tengo muchas ganas de estudiar Letras (Literatura).
• Hace cuatro años, me inscribí en una escuela de Teatro Musical. Egresé el año pasado. Fueron los tres años más felices de mi vida.
• Cuando tenía más o menos trece años, las personas a las que consideraba mis amigas me hicieron vacío y me dejaron completamente sola. Pasé semanas comiendo en el baño del colegio o escondiéndome, mientras ellas se reían de mí o me amenazaban. Después conocí a nuevas personas que finalmente me hicieron sentir bien conmigo misma. El grupo de las otras chicas se disolvió antes de terminar el colegio; el mío se mantuvo firme hasta el final. Todavía me hablo con algunas de ellas de vez en cuando.
• A pesar de que pude hacerles frente a esas personas que me lastimaron, y hasta las perdoné, nunca más pude construir amistades duraderas o volver a confiar en la gente plenamente.
• Siempre di más de lo que recibí en las relaciones, pero nunca me quejé. Finalmente termino hartándome de algunas personas y me alejo. Supongo que espero que hagan algo por mí sin que tenga que pedirlo.
• Hace más de diez años que estoy escribiendo un libro. Siempre que lo retomaba, cambiaba capítulos enteros. Pero no este año. Los cambios son definitivos.
• Las únicas personas que me preguntaron de qué se trata mi libro fueron mis padres y mi tía. Mis papás son los únicos que lo leyeron. Cada año.
• Ya no me molesta que otros no muestren interés en lo que estoy escribiendo. Pero espero que sí lo hagan cuando sea publicado.
• Mi serie de televisión favorita es Friends.
• Tengo decenas de películas favoritas, así que no voy a empezar a enumerarlas (no porque sean demasiadas, sino porque tengo miedo de dejar alguna afuera).
• Mis actores favoritos son Al Pacino y Johnny Depp. Mi actriz preferida es Meryl Streep.
• Amo a The Beatles. Son lo mejor que me pasó en la vida. Me apoyé en su música y filosofía durante los años más difíciles de mi adolescencia.
• No quiero sonar cliché, pero es cierto que lo que más deseo es la paz mundial.
• Una de las cosas que me ponen más vulnerable es pensar en todo lo que sufren los más chicos a raíz del mundo caótico que les estamos dejando. Son víctimas de decisiones que no tomaron.
• Creo que el dinero es lo peor que le pudo pasar a la humanidad. También creo que la humanidad es lo peor que le pudo pasar a la Tierra. La ambición del hombre está acabando con el único mundo que tenemos, está matando a todo lo que vive en él.
• Soy cyberactivista.
• Fui a Italia cuando tenía cinco años y a Disney cuando tenía diez. Este año volví a Roma y, además, conocí Suiza. Actualmente estoy convencida de que Lausanne es la ciudad en la que quiero pasar el resto de mi vida.
• También fui tres veces a Bariloche. Hasta no hace mucho tiempo, imaginaba que iba a vivir allí, escribiendo e inspirándome cerca de las montañas.
• Estudié Inglés desde los ocho años hasta los veinte. Aprobé el FCE y el CAE con excelentes notas y me siento muy orgullosa por ello.
• Me molesta mucho la gente que pasa el día entero quejándose. Me parece que no son capaces de apreciar las cosas buenas de la vida, ni son capaces de reparar en los pequeños detalles cotidianos que fácilmente podrían construir su felicidad.
• Yo me quejo esporádicamente. Casi siempre por escrito.
• Soy insomne. O mi reloj interno funciona distinto al del resto de la gente que conozco. Esto podría explicar porqué nunca sufrí de jet lag.
• Últimamente paso tanto tiempo sola que, cuando converso con alguien, hablo más de lo que me gustaría. Estoy segura de que soy insoportable. Perdón.
• Fui a ver El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo sin haber leído el libro. Terminé de leer los tres libros de ESDLA y El Hobbit antes de que se estrenara Las Dos Torres.
• Tengo facilidad para obsesionarme con libros, películas, actores, cómics, manga, animé, bandas y series. Me gusta investigar a fondo sobre lo que me obsesiona. El interés me dura un par de meses, nada extremo.
• Me aburro con facilidad.
• Me encantan las personas que sorprenden (de forma grata) con regularidad.
• Odio las rutinas.
• Nunca tuve un novio. Estuve enamorada de la misma persona durante casi cinco años. A veces pienso en él pero, aunque me lo propusiera, no podría tener una relación con él.
• Fue el primer hombre que me hizo sentir linda y valiosa. Fuera de mi familia, fue la primera persona que me hizo sentir que lo que yo pensaba y decía tenía importancia. Me hizo sentir que, para él, significaba mucho hablar conmigo.
• Me da miedo enamorarme de nuevo, pero de todas formas tengo ganas de que me suceda.
• No me gusta apurar las relaciones ni ponerles etiquetas.
• Si tuviera una pareja, no le pediría que abandone su vida por mí. Yo tampoco la abandonaría por él.
• Cuando era más chica mentía sobre mí misma porque pensaba que no le iba a caer bien a la gente siendo honesta. Hoy en día, la mentira y la hipocresía son de las cosas que más me desagradan; y desde hace años soy más genuina de lo que resulta cómodo.
• Una persona tiene que ofenderme mucho para que deje de hablarle. No me enojo ni guardo rencores. Me parece que cualquier cosa que pueda hacer, además de ignorarlos, es energía gastada en alguien que no lo merece.
• Me considero una persona muy fuerte, pero aún así sensible. Aprendí a los golpes, cayéndome y levantándome repetidamente, cometiendo los mismos errores cientos de veces. No lo hubiera querido de ninguna otra forma.
• No suelo ser demostrativa. Seguramente tiene mucho que ver con las cosas que escribí más arriba.
• Doy segundas, terceras, cuartas y hasta quintas oportunidades. Sin embargo, es imposible recuperar mi absoluta confianza una vez que fue perdida.
• Hago lo posible por cumplir siempre con mi palabra.
• Hasta hace poco, les daba más prioridad a los problemas de los demás que a los míos. Desde que dejé de hacerlo, no pude cumplir con mis promesas tanto como antes.
• La mayor parte de las veces, me dedico más a escuchar que a hablar.
• Me indigna lo que la falta de educación le está haciendo al mundo.
• Mi número preferido/de la suerte es el 9. Tanto las cifras de la fecha de mi nacimiento, como las de mi documento de identidad, como las de mi celular actual, sumadas dan como resultado nueve.
• Las únicas veces que lloro en el año son cuando discuto con mi familia o cuando hago un ejercicio en las clases de Actuación. No es que no sienta dolor o alegría, simplemente no lloro.
• No creo en las casualidades. Todo lo que sucede es inevitable.
• Creo que el hecho de que seamos susceptibles a morir nos hace a todos iguales; todo lo material que consigamos a lo largo de nuestras vidas no nos va a acompañar cuando las abandonemos, por eso creo que lo más importante es perseguir la felicidad de acuerdo a nuestros valores e inquietudes. La única vida que podemos vivir es la propia; comprometer nuestras metas por satisfacer a cualquier otra persona no es honrar la vida. No es una verdad absoluta, es una realidad en la que yo creo.
• No quiero ser mejor que otras personas. Quiero ser la mejor versión de mí misma.
• Quiero ser el tipo de persona que, llegado el momento, mira hacia atrás y no se arrepiente de nada.
• Escribí más de lo que considero que la mayoría va a leer por el simple hecho de que necesitaba desahogarme.
• Puedo sonar arrogante en ocasiones, pero mi modestia nunca es falsa.
• No me considero una persona ignorante; pero, comparada con la persona que quiero ser, soy una idiota.
• Creo que los hombres son mejores como amigos que las mujeres. Pero, como en todo, siempre hay excepciones.
• Para poder dormir, tengo que meditar. De otra forma, mis pensamientos no me permiten conciliar el sueño.
• No entiendo el concepto de “orgullo” como aquello que nos priva de ser humildes.
• Tuve problemas de colesterol más o menos a los ocho años. Desde ese entonces, mi dieta estuvo libre de frituras y sal. No me pude deshacer de los chocolates.
• Mis colores favoritos son el azul/celeste, rojo y dorado.
• Hablo de mi vida para darme a conocer, no para fanfarronear o acaparar la atención.
• Creo que, con un buen uso de la política y la democracia, se podría acabar con la miseria. La política actual me asquea.
• Mis veintidós (casi veintitrés) años de vida los pasé en Argentina. Todavía no encuentro algo con lo que me sienta genuinamente identificada.
• Jamás lastimaría a alguien de forma intencionada.
• No mentí en nada de lo que escribí.
• Tampoco escribí todo lo que hay que saber sobre mí.